jueves, 23 de diciembre de 2010

Crónica de una noche húmeda


Martes 11.30 de la noche, yo en mi cama ya en pijama. Castigo abajo del ropero, ahí debe haber una fuente de viento polar o algo, pero bueno tengo que tomar clases de contorsionismo para probarlo. Apa! esa podría ser mi resolución de año nuevo. Buá nimporta, después la pienso.
Decía que eran casi las 12 de la noche y todavía hacían como 30º de sensación términca. Casti y yo estábamos encerradas en la pieza con el aire y en eso el Sr Edesur me debe haber visto y debe haber pensado que estaría bueno que bajara unos kilos porque me cortó la luz y me mandó derecho al sauna.
Y ahí empezó mi periplo, porque Castigo seguía abajo del ropero. Primero intenté quedarme en la pieza pero me fue imposible. Entonces agarré y me fui al living. Castigo seguía ahí abajo. Creo que hay algo que esta perra no me está contando, pero bueno. Corrí el sillón y lo dejé exactamente frente a la ventana para poder "disfrutar del aire". Bueno, la cosa es que de lo único que disfrutaba era de que el sillón se me pegaba al camisón ("porqué mierda lo habré tapizado en esto que parece corderoy,? buá, nimporta")

Andre:- Ya sé! Voy a abrir la puerta del patio así se arma la famosa corriente de aire.
Voz Interior:- Vos no sos más mamerta porque no tenés tiempo, para que se arme la corriente de aire qué tiene que haber además de dos puntos opuestos abiertos, eh?
Andre:- Mmmmmm aire?
Voz Interior:- Claaaaaaaaaaaaro! Y qué es justamente lo que no hay?
Andre:- Mmmmmm aire?!

Igual no le hice caso a Voz Interior y abrí todo. Castigo seguía ahí abajo. Y yo me la pasaba dando vueltas. En eso voy al baño y ahí lo veo a Mugre. Mugre por estos días es el gato de las alcantarillas. Yo creo que se quiere comer al Maestro Splinter o que bueno entre el bidet y el inodoro hay otra fuente de frío polar a la que yo no puedo acceder.... Mmmmmm esto es otro punto para el curso de contorsionismo... buá nimporta

A eso de las 5 de la mañana la luz no había vuelto, estaba empezando a aclarar y yo ya no daba más. Salí al patio otra vez. La perra seguía durmiendo ahí abajo. En el patio vi la manguera "ya sé carnaval". Pero el carnaval es aburrido si una juega sola. Así que agarré y empecé a llamar a Casti. La llamé varias veces y nada. La muy guacha no venía "al fin y al cabo yo le pago para que me cuide la casa y me haga compañía y la muy turra duerme". Agarré un tenedor que ya no uso más y la pinché unas seis veces hasta que salió. La llevé al patio y empecé a manguerearnos. Casti se resistía y yo la perseguía Pero en un momento como que le encontró el gustito a la cosa y se me ponía adelante para que la mojara.

Andre:- Ah, no! esto así ya no tiene gracia. Yo no sé qué vas a hacer vos Castigo, pero estoy cansada, así que voy a dormir.

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