lunes, 30 de noviembre de 2009

El Chico de la B Bis

Y entonces llegué a la oficina corriendo y apretando el papel en el puño de mi mano. Llegué a mi escritorio, dejé el papelito desvencijado al lado de la compu y la prendí. Lo miré varias veces antes de decidir qué hacer ……
Y ahí empecé a hablar conmigo misma, tal como hago siempre que algo me pone nerviosa, en diálogo mental obvio. Una cosa es que me hable y me conteste sola y en voz alta en mi casa. Otra en lugares públicos. Cordura, ante todo cordura, aunque sea que parezca.

Andre:- Ma’ sí! Yo lo agrego, total … perdido por perdido…. De última lo borro o lo bloqueo o algo. ¿Qué puede pasar de malo, eh? ¿Qué? ¡Nada! ¡Es sólo el chat! Si no quiero no le hablo o le digo que estoy ocupada o que tengo mucho trabajo o que me olvidé la leche en el fuego, o no sé.
Andre Mala Onda:- Si, bueno … pero sabés que esto puede ser una pérdida de tiempo, ¿no? ¿Sabés que el pibe puede ser un loco, no? Después de todo la gente de la Internet está loca. Eso lo leí en no sé dónde. Pero lo leí. Debe haber sido un estudio de la Universidad de Connecticut o en la Cosmo o algo por estilo.
Andre con Onda:- ¡Ma’ dejate de joder y agregalo, querés! ¡Dale nena!
Andre que se hace la linda:- Bueno, bueno, bueno … pero dentro de un rato…. No vaya a creer chico del subte que estoy así como desesperada, eh! ¡PORQUE NO LO ESTOY! Así que lo agrego a última hora o a la noche o mañana.

A eso de las 16.45 no me aguanté más y lo agregué:


SOY LA DEL SÍNDROME PREMENSTRUAL DEL SUBTE, SI TODAVÍA NO TE ASUSTÉ PODEMOS CHARLAR UN RATITO, NO?

En menos de 5 minutos había sido aceptada.

3 comentarios:

Si cada uno "hace lo que puede" ma' decí lo que se te antoje, querés!