lunes, 28 de junio de 2010

La edad de las preguntas

Como si no tuviera suficiente ya con las preguntas existenciales que me hago yo misma todos los días como: De dónde vengo? Hacia dónde voy? Dónde me voy a meter el título que me dan en la colación del viernes? Porqué arruinan las colaciones poniéndoles ese azúcar o glasé de mierda arriba en vez de chocolate con leche y una nuez? Porqué hay gente que guarda el pan en la heladera? Cómo puede existir gente a la que no le guste el helado?
Y encima les tengo que agregar las de Locóloga: No será que vos no tenés novio porque no querés? No será que en realidad sabés lo que querés pero no te animás? No será que estás canalizando tu energía en la práctica de una actividad tan interesante como el cultivo del bonsai en vez de hacerlo en lo que realidad importa? No será que ese sueño te quiere decir algo? = qué mierda me puede queres decir que yo sueñe que mi madre sea una mona, yo un canario y mi hijo un delfín, eh?, pienso = No será que ese peso que sentís es que llevás a tu mamá a caballito? Y no será que ahora es mayor que cuando eras chica porque desde que entró en la menopausia tu madre empezó a engordar?
Y como si estas muestras gratis de preguntas que me aquejan todos los días mientras camino o viajo en bondi o me estoy por dormir o estoy cocinando o me hago la que escucho a alguien no alcanzaran... no va que prendo la compu y la muy turra me pregunta cosas como "quiere instalar este programa ahora?" o "existe una actualización de este programa, desea comenzar la instalación en este momento?" Y la muy malparida es insistidora porque te vuelve a preguntar y a preguntar y a preguntar hasta que logra una respuesta.
A ver si nos entendemos Sra Compu, yo ya tengo muchas preguntas en la cabeza como para que Ud. me interrogue con estas cosas de las que no tengo ni la menor idea. Aparte no era que Ud. me iba a simplificar la vida, eh? No me pregunte más! Vaya y tome las decisiones Ud solita, quiere!

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