viernes, 6 de noviembre de 2009

Confesionario: El Epílogo

Después de haberme confesado de esa manera ante mis hermanas y mi cuñado me sentí como más livianita. No sé, como si me hubiera sacado un peso de encima, una mochila o algo. Me fui rápido. No quise darle lugar a Esteban a que empezara con eso de la represión, la sublimación, la histeria y toda la parafernalia freudiana que para las cuatro paredes de mi terapia están bien pero no para que se entere mi familia todita.
Llegué a casa deseando que fuera martes para hablar con Psicoloca. En eso llega un mensajito. Era Lorena “¿Pero de verdad que nunca nunca?” Ni le contesto. “A ver querida qué parte de nunca tuve novio no entendés, eh?. Ay! Siempre adoré esa frase de Chandler. Decí que ni ganas de pelear que sino me venía como anillo al dedo”. Dos minutos y medio después el condenado aparto vuelve a sonar, esta vez Esteban “¿Y nunca nunca lo otro tampoco?” “Dios! Esto colmó mi paciencia y ni te pienso contestar. Lo otro sí, pero quedate con la duda” Acto seguido apagué el maldito telefonito, me metí en las inmensidades del colchón de dos plazas al pedo y me tapé hasta la nariz.

2 comentarios:

  1. Hoy descubri tu blog y me ha gustado mucho.
    Yo tengo 35 años y nunca he tenido "novio" como tal al igual qu lo señalas. Si he salido con hombres, pero nada como presnetarlo. Como tengo 4 tias solteras que nunca se casaron y a las que nunca les conoci novio, digamos que no es anornmal para mi familia, pero si para mis amigos y conocidos ... de todas formas yo si quisiera romper esa tradición familiar.

    ResponderEliminar
  2. La rachas están para cortarlas no? Por lo menos te hizo bien sacarte esa mochilita que te molestaba tanto...

    ResponderEliminar

Si cada uno "hace lo que puede" ma' decí lo que se te antoje, querés!