viernes, 25 de septiembre de 2009

Cosas de Chicas

Y entonces ahí estaba yo el jueves a la noche con el pote y el palito ese, que no sé cómo se llama, lista para apretar los dientes y gritar lo menos posible para evitar que Kevin, el alfeñique, pudiera llegar a elevar alguna queja.
Llegué a casa a eso de las 10 de la noche y estaba cansada, pero tenía que hacerlo. “Una siempre tiene que estar preparada” me había dicho una amiga, que siempre está preparada, una vez. Bueno, el “siempre” puede fallar a veces, nunca me llevé bien con el absoluto. Pero en fin, también tenía la dignidad y algo de vergüenza que alcanzaban para emprender la operación cera.
Agarré el potecito y lo empecé a calentar en la hornalla de la cocina. Ya desde ese momento pude sentir el olor a libertad durante el operativo en el ambiente, además del olor a cera, claro.
The freedom in the air aparecía ya desde el poder calentar el producto en bombacha y remera, actividad que en este tipo de paños no podía llevar adelante en mi otra casa dado que vivía con Padre y con Gustavo y el resto de la flia. Aparte nadie me decía a los gritos pelados frases como “lo que ensuciás, limpiás” u “otra vez calentando esa mierda, nena … ¿no podés hacerlo en otro lado? ¿No ves el olor que deja?” o “¿Cuánto tiempo vas a ocupar el baño, eh?” . Nada de eso. Lo único que escuchaba era la radio y la voz del locutor, que claramente me hablaba a mi “o acaso ¿vos ves alguna otra persona en esta casa a la que pueda estar dirigiéndose? Entonces es obvio que me está hablando a mi” razón por la cual le contestaba sus preguntas y acotaba a sus comentarios mientras revolvía la sustancia que empezaba a cambiar de estado.
Una vez que terminé con el proceso de calentamiento me fui para el baño y me encerré. Por un instante pensé en porqué me estaba encerrando “si vivo sola y están todas las persianas bajas” …. Hasta que el porqué empezó a ladrar. Sí, Tomasita estaba queriéndome morder los talones mientras estaba yo en pelotas esperando que se me seque el ungüento que me había puesto en los sobacos y demás partes para autodilapidarme. Porque claro para emprender la operación cera yo me tengo que poner prácticamente en bolas. La motricidad fina, aunque tampoco la gruesa, ni ninguna otra es lo mío. Así que para evitar enchastramientos menos que deseables ante la falta de lavarropas, “yo mejor me saco todo y me quemo la piel un poco con las gotitas verdes (porque mi cera es de aloe vera, que no sé para qué sirve, pero bueno) que voy chorreando” pensé.
Sin embargo el momento de mayor éxtasis no se hizo presente hasta que salí del baño y fui otra vez a la cocina para recalentar la cera así tal como Dios me trajo al mundo, sólo que con 27 años más …. “Así que no creo que esta frase tenga tanta razón de ser, porque claro entonces no es tan “así como Dios me trajo al mundo”, pensé mientras estaba yendo del baño a la cocina y pasaba por el living. Tuve que hacer este viaje porque claro, no tenía ese hornito para mantener la cera caliente ni nada que se le pareciera. Mi torpe e incipiente femineidad no llega a tanto … Mientras llevaba adelante el proceso de recalentamiento Tomasita seguía, aunque ahora con éxito, mordiéndome los talones. Igual ni me importó porque no sabés lo lindo que es no tener que vestirse toda porque la muy hija de puta de la cera se endureció antes de que terminaras el operativo.

4 comentarios:

  1. jajajaaj a q te gusta vivir sola eh... despues te gustara tanto q no querras que nadie te vaya a "molestar".
    pd la proxim vez comprate cera para microondas es el mismo proceso, pero mas rapido jajaja.-

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  2. Solterita con casa relatás la operación "cera" como una encubierta de la segunda guerra mundial... y bueee para algunos en ciertas etapadas de la vida las cosas se tornan realmente una "misión imposible" jajaja

    Me gustó leer este post.

    ;)

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  3. quit la cera, donde hay pelo hay alegria.

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  4. Jajaja
    Ahora que la leo pienso... Será la costumbre de la no-intimidad que ahora que está sola ventila su cotidianeidad con nosotros???

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Si cada uno "hace lo que puede" ma' decí lo que se te antoje, querés!