viernes, 18 de septiembre de 2009

El primer Super

El primer supermercado es la emoción misma que viaja en changuito. La primera vez que una va al Carrefour es lo más de lo más. Se siente esa libertad de comprar todo lo que se quiere sin reparo alguno. La emoción que por años vivió encerrada en nuestro cuerpo de niña, adolescente, joven que pedía permiso a Madre para meter helado o chocolate en el changuito, o peor aún lo camuflaba entre los otros productos para que cuando se dieran cuenta ya fuera tarde, se hace presente y se muestra sin tapujos. Entonces una adquiere cualquier cosa, lo que sea sin tener que discutir nada con nadie. Si una quiere comprar boludeces llamativas, lo hace. Si una elige comprar por el packaging lo hace también. Si se quieren comprar cosas caras también se puede hacer porque total se compra poquito.
Sin embargo la emoción de carrito puede ser peligrosa. Sí, y el peligro no sólo se nota cuando la cajera te dice lo que gastás sino que la lucecita roja de danger que debió haberse prendido cuando jugabas a la ricachona y metías cosas y cosas en el receptáculo alámbrico con rueditas como si fueras a almacenar comida porque se viene la guerra o como si fueras hormiga y tuvieras que guardar para el invierno, se prende tarde, obvio, cuando una semana después empezás a abrir cada vez menos la heladera porque larga olor a podrido.
Sí, el primer supermercado tiene eso. Cantidad de cosas innecesarias que una compra porque sí, por si se viene el fin del mundo y una tiene que armarse un búnker o algo. Una no prevé que la soltería acompañada de soledad trae muchos “como por ahí” o como menos, o sólo cuando tengo hambre, o sólo lo que quiero. Una compra boludeces y boludeces y boludeces por las dudas, just in case. ¿Me querés decir para qué compré mayonesa, si yo no uso, eh? ¿Acaso tengo pensado hacer vittel toné? ¿Acaso es navidad? ¿O será que tengo un novio imaginario o que aún no conozco al que le gusta el condimento amarillento, eh? No, no, no y no. Y sin embargo yo la mayonesa te la compro, digo en una de ésas cae alguien que no soporta el sándwich (eso sí, fiambre no tengo) sin mayonesa …. Y entonces ¿qué hago? ¿Me querés decir qué hago?

2 comentarios:

  1. jajajajajja, ya aprenderas... en mi heladera no tengo NADa nunca soy de terror me da una pereza ir al super... bueno nada no, Chocolate si tengo siempre....
    Compra Kechup mejor...

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  2. a ver...manteca, dulce de leche, mayonesa, crema de leche, y cebolla no pueden faltar en la geladeira. No es que consuma mucha hellmans...pero si no hay manteca le entro.
    con pan, claro. jajaj
    Tengo un arrollado de atún (pionono) agridulce que ni te enterarías qeu tiene la crema amarillonga. Sano y liviano? te doy clases de cómo no comer así. Y porque es al pédocles.
    Bo...no me leí todo tu blog. me faltan como 42 textos en total.
    Escribe y escribe eh?

    ES un placer.

    Nicous

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Si cada uno "hace lo que puede" ma' decí lo que se te antoje, querés!