miércoles, 16 de septiembre de 2009

Mi vecino: No, no creo que sea asesino

Mi vecino es una persona rara. Para empezar es un tipo que nació acá pero tiene nombre de gringo. Y no, no estamos hablando de un pequeñuelo de menos de una decena de edad al que llaman Jonathan Pérez o Richard Valdez. No, no, no. Mi vecino es un alfeñique de unos 40 años que se llama Kevin, y Kevin además de sus cuatro décadas tiene un apellido más argento que el dulce de leche. La primera vez que lo vi fue como un mes después de que me mudé. Sí, se ve que compartimos pasillo pero no horarios. Y todo bien, pero yo no te voy a golpear la puertita para llevarte torta o galletitas como bienvenida. No soy yanqui. Ni esto es un programa de tele. Ni tampoco soy tan amable, para qué mentir.
Nuestro primer encuentro fue un día que hice una especie de fiesta en casa y un par de amigas tocaron el timbre equivocado, es decir el de él. Yo por ese entonces ni timbre tenía aún. Y Kevin les abrió. Esto me llevó a pensar dos cosas: 1) qué buena onda el pibe que le abre a las chicas. 2) Es un desquiciado mental. No sabe quién soy ni cómo me llamo, menos que menos conoce a mis amigas y este tipo ¡le abre la puerta a cualquiera! “¡Pero nene! ¿No sabés cómo está la calle hoy? ¿No ves los noticieros o leés los diarios, eh?” Esto claramente lo pensaría y lo diría mi abuela, claro está. No yo que soy una chica del 2000. Entonces como soy una chica del nuevo milenio me incliné por la primera.
De todas maneras todavía no sé mucho sobre Kevin, el alfeñique. Sólo sé que es tan alto como yo. Así que cualquier cosa creo que de una piña lo siento más yo a él que él a mí. Otra cosa que sé es que tiene horarios raros. Claramente no trabaja en horario de oficina y yo no sé qué hace de su vida. Aparte, tal como diría mi abuela no yo, de ese departamento salen olores raros. Y no, no hablo del churrasco que me inunda el patio de aroma carnívoro, que bueno te lo perdono porque yo de vez en cuando también saco la bifera y lleno la cocina de humo, si no de esos otros olores …… sí, estoy hablando del faaaaaso! O de alguna otra cosa que mi casi inexistente cultura jamaiquina no me permite bien descifrar. Otro elemento que me llama poderosamente la atención es la amplitud de su oído musical. El alfeñique te escucha de todo, de todo. Desde música étnica hasta cumbia. Desde marcha (sí, los sábados a eso de las 12, 1 de la madrugada se le da por hacer el pre - dancing) hasta los Wawancó. Es así el Kevin ….. open minded. Otra cosa que averigüé es que tiene un gato, sí un felino al que pone en penitencia en el pasillo del que no puede escaparse. Es lindo el animal, tiene ojos celestes como el alfeñique.
Bueno, por el momento nada más pude averiguar de Kevin, salvo que una noche le golpeé la puerta porque la luz del pasillo no andaba. Y yo como mujer que vive sola ya había intentado cambiar la bombita y nada. Entonces había que llamar a un electricista. Lo llamé un día a la noche. Me atendieron una ráfaga de olor a churrasco y él. Le comento la situación y se me queda mirando, pensativo:

Kevin: - Sí, habría que llamar a un electricista. Sí yo había notado este problema, un día de estos iba a buscar una bombita y ….
Andre: - Todo bien, ni te molestés. Ya me fijé y no es eso …..
Kevin ( pensando): - Bueeeeeeeeno, yo conozco un electricista que una vez cuando vivía en Moreno me hizo unos trabajos.
Andre: - Ah! Cuando vivías en Moreno ….. ¿y esto fue hace mucho?
Kevin: - Y unos 6 ó 7 años….
Andre: - Bueno, yo también conozco un electricista. Hagamos una cosa, yo llamo al mío, te parece?
Kevin: - Bueno, o mejor ya sé. (piensa) Llamemos a los dos el que lllega primero que haga el trabajo.
Andre (me quiero ir a dormir, ¿nos podemos apurar?):- Dale hagamos así. Yo llamo al mío que vive a 15 cuadras y me arregló unas cosas hace poco y vos al tuyo que anda por Moreno y te arregló algo hace 7 años. Buenísimo. El que llega primero, gana.

Mientras le decía esto abría mi puerta y ya empezando a entrar a casa le digo que chau y que muchas gracias y que obvio nos hacemos cargo conjuntamente del pago. Mientras tanto él seguía pensando, así como en show motion, y a lo lejos se escuchó un saludo y una puerta que se empezaba a cerrar cuando estaba llegando al baño para hacer un pis.

1 comentario:

  1. jajaja, q personaje...
    A mi tambien me paso lo mismo llegue al bloque y no conozco a ningun vecino hace 3 meses ya... y vinieron mis amigas y picaron timbre en el vecinolles dije mal el numero del piso, yo ni sabia aun en que piso vivia jajaja un desastre.
    Besos!!!

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