lunes, 14 de septiembre de 2009

Noche de estreno

Todos los que nos mudamos solos por primera vez sabemos que la prueba de fuego, esa que hay que pasar rápido, “y dormite de una vez, querida. ¿Querés?, así se pasa más rápido” es la primera noche que una pasa sin compañía en el nuevo hogar. Y yo, claro, no soy la excepción que viene a confirmar la regla. Sino más bien lo contrario. Yo no soy más que un ejemplo de dicha afirmación.
Así que ahí estaba terminando de acomodar las 7 mil bolsitas de todos los colores y tamaños. Claro que no acomodé mucho porque la alacena todavía estaba en el piso. Razón más que suficiente para que platos, vasos, cacerolas, tazas, tacitas, repasadores, etc descansaran en el lugar más que atinado que les había encontrado: mi habitación, por la que transitaba como si fuera un campo minado.
Finalmente el momento que tanto temía había llegado. Sí, eran las 2 de la mañana. Ya había acomodado y desacomodado todo más de una vez. Hasta le había pasado un trapo a la heladera y había lavado los estantes. Sólo cinco horas me separaban de tenerme que levantar para ir a trabajar. Ya era hora. Hora de dormir.
Era la primera vez que me acostaba en ese sommier. Sommier de dos plazas, obvio. Porque si la hacemos, la hacemos bien. Sino no la hacemos. Si te vas a comprar un colchón a los veinte largos más vale que sea de dos plazas. No importa que los vendedores te pregunten por tu pareja una y otra vez y que ante la negativa de tu respuesta te ofrezcan el más barato, “total para vos solita” te dicen. No importa que uses siempre el mismo lado y que todo sea desparejo. No importa que duermas hecha una bolita o en posición fetal. Nada importa, sólo tener un colchón grande.
En el momento en el que me metía a la cama, el sommier parecía inmenso, además tirar de las frazadas resultó ser mucho más incómodo en estos tamaños. Es como que todo pesa más. Ahí me acordé de la cama de mamá y papá, que igual seguía pareciéndome grande.
Ya estaba en la cama. Todavía no tenía música, ni compu ni tele ni nada. Sólo tenía un velador en el piso, la luz grande y un par de libros. Empecé a leer, más para que me agarre el sueño que para otra cosa. Seguí leyendo. El libro me aburría pero tenía los ojos más grandes que los de una lechuza. De repente escuché un ruido. “a la mierda, ¿qué es eso?” Eso era mi vecino que volvía de no sé dónde. Agudicé el oído. Escuché que cerraba con llave. Escuché los pasos por la escalera. Escuché que abría su puerta y la cerraba. Ahí me tranquilicé. Idiota” me digo. “¿No ves que era tu vecino? ¿Acaso esperás al loco de la motosierra o al hombre de la bolsa o al chinito que quemaba mueblerías hace un par de años, eh? ¿Qué te pasa mamerta no te das cuenta de que esto NO es una mueblería por lo que al menos incendiada por un chino parece que no morís, eh?” me vuelvo a decir.
Cambié de libro. Empecé uno nuevo, me seguía aburriendo, pero de sueño nada. Escuché otro ruido. Era como algo que golpeaba. “Sí pelotuda, ese algo se llama viento” me interpelé. Me levanté, busqué el origen de ese ruido que me frenetizaba hasta que finalmente lo encontré. Resultó ser un vidrio que no calzaba bien en una de las puertas. Le puse un papel de diario y la cosa se calmó. Volví a la cama decidida a cerrar los ojos y dormir. “Porque que soy acaso, eh? Una chica grande o … o ...” No pude completar la frase. Me volví a tapar. Decidí contar ovejitas para conciliar el sueño. “Yo te cuento todo lo que quieras, seguro. Pero eso sí mañana voy a buscarme al gato para que duerma acá conmigo” Pensaba con la luz del velador encendida y las piernas enrolladas como cuando era chiquita y creía que una bicha podía dormir a los pies de mi cama.

2 comentarios:

  1. hay chiki ya veras como es lo mejor vivir sola, si todas escuchamos ruidos la primera vez pero say no more, tranqui, y lo mejor de la cama grande es dormir atravezada yo duermo en diagonal ya veras lo bien q te acostumbras... te lo digo por experiencia, vivi sola, emparejada, con compañeras de piso, y otra vez sola y es lo mejor!!!!

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  2. Uff vivir sola essssssssss UN TEMA...pero a la larga, a la fuerza o lo que sea te acostumbras, de ultima para no escuchar ruidos ponete el mp3 jejejeje...suerte con tu casa.
    Besos

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Si cada uno "hace lo que puede" ma' decí lo que se te antoje, querés!